La tasa Tobin, también conocida por las siglas FTT (Financial Transactions Tax) es un impuesto destinado a gravar la compraventa de acciones y cuya aplicación pasó a ser obligatoria a partir del pasado 18 de enero de 2021. La tasa Tobin debe su nombre al economista estadounidense James Tobin, que fue galardonado con el Premio Nobel de Economía en 1981.
¿Cuál es el hecho imponible de esta tasa Tobin?
El impuesto grava al 0,2% las adquisiciones a título oneroso de acciones representativas del capital social de sociedades de nacionalidad española, bien cuando ésta tenga sus acciones admitidas a negociación en un mercado regulado español o en uno equivalente de un tercer país, o bien cuando el valor de capitalización bursátil de la sociedad sea, a 1 de diciembre del año anterior a la adquisición, superior a 1.000 millones de euros.
También quedan sujetas al impuesto las adquisiciones de certificados de depósito representativos de las acciones, cualquiera que sea el lugar de establecimiento de la entidad emisora, salvo las adquisiciones de acciones con la finalidad exclusiva de emisión de valores negociables, adquisiciones de certificados a cambio de la entrega por el adquirente de las acciones que lo representen y operaciones realizadas para cancelar los certificados mediante la entrega a sus titulares de las acciones que representen.
Finalmente, están sujetas al impuesto las adquisiciones de acciones y certificados de depósito que deriven de la ejecución o liquidación de obligaciones o bonos convertibles o canjeables, de instrumentos financieros derivados, o de cualquier instrumento financiero o de determinados contratos financieros definidos en la normativa española del Mercado de Valores.
Controversias que ha generado el nacimiento de esta tasa Tobin
Los críticos y contrarios a la aplicación de este impuesto defienden que su efecto será limitar los potenciales beneficios de los mercados de divisas, dado que la aplicación de la tasa reduciría el volumen de operaciones. Asimismo, defienden que la implementación de este impuesto puede generar un efecto negativo en el crecimiento de la economía a nivel global.
En contra, los simpatizantes con la aplicación de este impuesto defienden que contribuirá a una mayor estabilidad económica mundial, al reducir las fluctuaciones de los tipos de cambios entre las divisas.